VISITA PASTORAL A FERNANDO ESTECHE EN EL PENAL DE EZEIZA.
El pasado 29 de
enero por la tarde el Pastor Pentecostal Diego Mendieta de la Comunidad
Dimensión de Fe visitó al hermano y compañero Fernando , referente de la
organización política Quebracho (MPR) en el Penal de Ezeiza. Esteche fue
condenado a 3 años y 8 meses de prisión efectiva, por repudiar el asesinato del
docente Carlos Fuentealba el 5 de abril de 2007, en un escrache del que
no participó.
Luego de la
visita el Pastor compartía estas palabras en la Casa de Oración y Reflexión de
Capital:
“Hoy hemos
cumplido con el mandato evangélico (Mt. 25,36) de ir visitar a los presos y
sobre todo aquellos que son condenados por luchar y defender los derechos
humanos o por denunciar y repudiar la violación de los mismos, los "presos
de conciencia".
Sostenemos que es una necesidad, en estos tiempos de contradicciones, expresar
la hermandad y la fraternidad entre los que amamos a nuestro pueblo: con
Fernando y las/os hermanos/as de Quebracho hemos caminado en varias oportunidades las
calles defendiendo y celebrando la vida, y los/as reconocemos como
activos protagonistas en la resistencia al neoliberalismo de los 90. Es por
ello que a 30 años de la recuperación de la democracia argentina y a 10 años de
un cambio de modelo político, nos preocupa enormemente que se condene la
militancia popular y -como ejemplo paradojal- se dejen en libertad al ex
gobernador de Neuquén Jorge Sobisch (responsable ideológico del
asesinato de Carlos Fuentealba) y a su autor material, Darío Poblete.
Me parece
importante comentarles que en este encuentro con Esteche recordé un episodio de
mi niñez, lo que -mate de por medio- compartimos, reflexionando sobre la
necesidad urgente de la unidad del campo popular:
Cuando tenía 11 años -viviendo en situación de calle- asistíamos regularmente a la cancha a ver a Rosario Central. Una de esas veces cuando terminó el partido y teníamos hambre y no teníamos plata. Nos acercamos a una parrilla con la idea de llevarnos un chorizo sin pagar: mi compañero estaba detrás mío, disimuladamente tomé un chorizo -muy caliente- de la parrilla y se lo pasé. Mi compañero comenzó a correr de tal modo que se llevó casi la mitad de la parrilla, pues los chorizo estaban "hermanados" por el piolín, La tristeza que vi en el rostro del "choripanero" , un trabajador -claro- , no me dejó comer…
Ambos
(Fernando y yo) coincidimos en que no hay una palabra tan relevante, urgente y
necesaria en el contexto que vivimos como es la UNIDAD: unidad en el
Espíritu, con Dios y la enorme comunidad de creyentes y personas de buena
voluntad que aman la vida; con el pueblo históricamente sufriente y empobrecido
por los mismos de siempre. Esa unidad nunca debe ser el aniquilamiento de la
diversidad, ni la imposición del pensamiento único, sino la aceptación y la
voluntad de sentarnos a la mesa y poner todos los dones, capacidades y talentos
al servicio de los olvidados, para su liberación/salvación.
Por Casa de Oración y Reflexión | Capital
Leer o descargar el libro:
con toda la información sobre la causa y condena de los compañeros
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