A 40 AÑOS DEL ASESINATO DEL PADRE CARLOS MUGICA
"Hijo de Dios, padre de los pobres"
MEDITACIÓN EN LA VILLA,
DE CARLOS MUGICA
“Señor perdóname por haberme acostumbrado
a ver los chicos, que parecen tener
ocho años y tienen trece.
Señor, perdóname por haberme acostumbrado
a chapotear por el barro:
yo me puedo ir, ellos no.
Señor, perdóname por no haber aprendido a soportar
el olor de las aguas servidas,
de las que puedo prescindir y ellos no.
Señor, perdóname por encender la luz
y olvidarme
de que ellos no pueden hacerlo.
Señor, yo puedo hacer huelga de hambre
y ellos no; porque nadie hace
huelga con su hambre.
Señor, perdóname por decirles
“no solo de pan vive el hombre”
y no luchar con todo para que
ellos rescaten su pan.
Señor, quiero quererlos por ellos y no por mí.
Ayúdame.”
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