Mientras los Ministros de Economia y Presidentes de Bancos Centrales de la UNASUR se reunieron en Buenos Aires, un centenar de organizaciones latinoamericanas y caribeñas - entre ellas la Comisión Política de la Iglesia Dimensión de Fe - les acercaron un Petitorio que recoge diversas preocupaciones y propuestas ante el desafío de lograr una integración regional que sirva a los derechos de la población y de la Madre Tierra.
Petitorio a los Señores Ministros de Finanzas y Presidentes de Bancos Centrales de los países de la UNASUR
Nos dirigimos a los señores Ministros de Finanzas y Presidentes de Bancos Centrales de los países de la UNASUR, en ocasión de este primer encuentro del Consejo Suramericano de Economía y Finanzas, como organizaciones y movimientos populares, instituciones, legisladores y personas de la región, comprometidos en la promoción de la vida y la justicia social. Desde por lo menos la primera Cumbre de la entonces Comunidad de Naciones del Sur, celebrada en Bolivia, en diciembre de 2006, venimos impulsando campañas y acciones en pos de la creación y fortalecimiento de alternativas de financiamiento soberano y solidario, en un marco de integración desde los pueblos y en defensa de los derechos humanos, los derechos de los pueblos y los derechos de la Madre Tierra.
Consideramos importante la reunión extraordinaria de las y los Presidentes y Jefes de Estado de UNASUR y la reunión técnica que los Ministros de Economía acaban de realizar, ambas en Lima, con la finalidad de adoptar medidas conjuntas para evitar mayores consecuencias para los pueblos de nuestros países, como efecto de la crisis que se sigue propagando desde el centro del sistema económico-financiero capitalista en Estados Unidos y Europa.
La agudización de esta crisis acrecienta la necesidad y las expectativas en la articulación económica regional. Es la oportunidad para pensar más allá de la lógica del capital, ya que esa “racionalidad” lleva hoy el sello del ajuste fiscal suscripto por demócratas y republicanos en EEUU, o el desmantelamiento del remanente Estado benefactor en Europa. El resultado es el deterioro de las condiciones de vida y trabajo de la mayoría de la población.
Es en ese espíritu y en la convicción que nos une de la necesidad, la urgencia y la clara posibilidad de una mayor participación democrática para avanzar y profundizar la integración regional como camino hacia el buen vivir de los pueblos, que saludamos la creación de este Consejo como espacio permanente para avanzar en estos temas y ofrecemos las siguientes consideraciones y propuestas:
1. Entendemos la necesidad de dar prioridad a la integración regional ya no sólo como cumplimiento de un largo sueño de complementación, sino en particular por la imperiosa necesidad degenerar respuestas comunes ante un marco económico y financiero internacional altamente inestable e incierto y la exigencia de una transformación profunda del actual modelo de producción y consumo. La crisis económica internacional claramente no ha cesado, aumentando los riesgos para la región y poniendo de manifiesto la urgencia de avanzar en transformaciones de fondo. La existencia simultánea de un marco circunstancial favorable, en la mayor parte de los países de la UNASUR, acentúa el potencial de nuestras sociedades y torna imprescindible aprovechar el momento para lograr los cambios estructurales que posibilitarían una distribución equitativa de los beneficios y los costos de los procesos económicos junto con la restauración del equilibrio con la naturaleza.
2. Alertamos sobre el peligro que los Estados involucrados intenten avanzar en la integración regional sin consolidar mecanismos permanentes de participación de la sociedad y sus organizaciones. Es precisa la más amplia participación democrática y transparencia y, que ello se haga en relación al diagnóstico de los problemas como en el diseño, ejecución y control de las políticas y programas que desde el espacio de la UNASUR puedan impulsarse de manera conjunta y en cada uno de los países. Reclamamos una política consecuente con el fomento y concreción de dicha participación en todos los ámbitos y niveles de consideración, incluyendo al Consejo Suramericano de Economía y Finanzas.
3. Observamos con enorme preocupación la demora en poner en marcha una nueva arquitectura financiera regional, que contribuya a evitar que la región sea golpeada por las crisis externas y afirme que los recursos de ahorro sean canalizados hacia necesidades prioritarias de inversión social y productiva como son garantizar la soberanía y complementación alimentaria, energética y de atención a la salud, la educación, la vivienda, el trabajo, la seguridad social y demás derechos económicos, sociales y culturales. Al respecto, esperamos que el interés en avanzar en este sentido, manifestado en los últimos días por las máximas autoridades de la UNASUR, redunde en la concreción de las iniciativas que desde hace tiempo, languidecen en la agenda regional.
4. Entre ellas, entendemos impostergable la puesta en marcha de un Banco del Sur solidario con una transición justa hacia un nuevo modelo productivo equitativo, menos contaminante, determinado regionalmente y afín a estas necesidades y derechos. Tal Banco pueda además contribuir con el financiamiento necesario para hacer frente al cambio climático, canalizando los recursos del pago de la deuda ecológica y climática del Norte para que sean administrados desde la región y no a través del Banco Mundial, el BID, la CAF u otras entidades similares.
5. Otras iniciativas cuya adopción seguimos reclamado, y que puedan contribuir a los fines señalados y proteger a nuestra región de los eventuales nuevos embates de la crisis desatada en EE.UU. y Europa, incluyen la concreción de un Fondo de Reservas del Sur, el control cambiario comúny la creación de mecanismos de intercambio, como podría ser una unidad de cuenta regional, que reemplacen la dependencia actual del dólar estadounidense.
6. Reconociendo la preocupación manifestada por los señores Ministros y Presidentes de Bancos Centrales, por la carestía y las condicionalidades del crédito planteadas históricamente por los mercados internacionales y organismos/entidades financieras, apoyamos la decisión de abocarse a medidas comunes para favorecer la inversión y uso más eficaz de los capitales que se generan en la región. Llamamos en especial a que se avance con el establecimiento de mecanismos de regulación financiera regional, incluyendo entre otras posibilidades, controles coordinados sobre los flujos de capitales, la implementación de sistemas equitativos de tributación y el cierre de los paraísos fiscales. Es urgente protegernos de la volatilidad especulativa de los flujos de capitales, que afecta a la economía en su conjunto, y avanzar en la adopción de impuestos a las transacciones financieras en favor de la región.
7. Asimismo, llamamos con particular urgencia a que se realicen auditorías integrales y participativas de los reclamos de deuda que enfrentan nuestros países, de manera coordinada regionalmente, para avanzar además en la concreción de estrategias de acción colectiva para poner fin a las presiones, los cobros y la impunidad de quienes, incluyendo a los fondos buitres, se proclamen acreedores con reclamos ilegítimos e injustos. Sobre esa base es necesario además, iniciar caminos de restitución y de reparaciones. Esta auditoría y control público y parlamentario sobre los movimientos de capitales y los procesos de endeudamiento debería extenderse también hacia el presente y futuro, abarcando las deudas sociales, históricas y ambientales relacionadas.
8. Expresamos nuestra profunda preocupación ante el avance continuo de los megaproyectos de infraestructura y el apoyo a las agroindustrias y proyectos extractivistas altamente contaminantessocial y ambientalmente. Llamamos a los Ministros de Finanzas y Presidentes de Bancos Centrales aestablecer una moratoria sobre estas inversiones y al Consejo Suramericano de Economía y Finanzas a iniciar un proceso de estudio estratégico en torno a las alternativas necesarias.
9. Llamamos a los señores Ministros y Presidentes de Bancos Centrales a coordinar acciones en los diversos organismos e instituciones internacionales tanto financieros como comerciales y de otro índole, que tienen un impacto notorio en las condiciones político-económicas que enfrentan los países de la región, y a coordinarse solidariamente con los derechos y necesidades de los demás pueblos y estados del Sur. Resulta imprescindible avanzar, en común, por ejemplo, en el camino ya abierto por países miembros de la UNASUR, hacia una moratoria en la firma de nuevos acuerdos y la denuncia de los tratados y regímenes de libre comercio e inversión, así como también de la cesión de jurisdicción en caso de conflictos. En especial, es necesario que los países de la región abandonen su participación en el CIADI, organismo anti-democrático y dependiente del Banco Mundial. Debemos seguir pensando en el fortalecimiento y la construcción de mecanismos soberanos o eventualmente regionales o internacionales, no parcializados hacia la inversión y las transnacionales.
10. Entendemos que también es urgente, vista la recurrente experiencia histórica, que los países de la región introduzcan inmediatamente, antes que sea demasiado tarde, firmes medidas comunes contra la burbuja especulativa en los mercados de productos primarios como así también contra la ampliación de los nuevos mercados de clima y biodiversidad, teniendo presente que los crímenes del hambre y del saqueo y colonización ecológica son prevenibles y deben ser sancionados a todos niveles. Llamamos a poner coto a las diversas corrientes especulativas y de vaciamiento que conllevan, hoy, a revaluaciones monetarias y una mayor inflación que golpea, en particular, a los sectores más desprotegidos, y que de no revertirse la tendencia, pueden devenir en corridas cambiarias, dilapidación de reservas, ajustes regresivos y vaciamiento de ahorros regionales con consecuencias irreversibles para los pueblos y el planeta.
11. Resaltamos la importancia de que la integración regional abra para todos los pueblos de la región y, en especial para las mujeres, los pueblos originarios, los y las afrodescendientes y otras poblaciones históricamente oprimidas, un horizonte de dignidad e igualdad, superando las dominaciones y la explotación y revirtiendo las asimetrías construidas entre países y pueblos. En ese mismo sentido, llamamos a este Consejo Suramericano de Economía y Finanzas y al conjunto de la UNASUR, a obrar decididamente a favor de la consolidación de nuevas relaciones de solidaridad y cooperación entre todos los países del Sur, manteniendo como eje de las políticas adoptadas la plena vigencia de los derechos humanos y de la naturaleza, la soberanía y la autodeterminación de los pueblos. En especial, y ante el enorme drama del pueblo hermano de Haití y la notoria mora de la prometida cooperación internacional luego del terremoto de enero de 2010, llamamos a los países de UNASUR a que elaboren un programa más enérgico de cooperación común, revirtiendo la larga e inexplicable ocupación militar y concentrando el apoyo en la reconstrucción productiva y social y la defensa irrestricta de los derechos humanos, ponderando las enormes potencialidades de integración y la complementación regional.
Con la sincera expectativa que estas opiniones y propuestas sean consideradas positivamente, hacemos propicia la oportunidad para saludar a Uds. muy atentamente.
(RDF) Reflexiones - Dimensión de Fe Semanario Oficial de la Comunidad Dimensión de Fe, una Iglesia de todos y para todos... (Asociación La Iglesia de Dios) Pensamientos Reflexiones y Noticias que abordan temas actuales desde una perspectiva Teológica y Pastoral. Av. Juan B. Alberdi 5250 (Mataderos), Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina
No hay comentarios:
Publicar un comentario