lunes, diciembre 19, 2011

Documento de la CPI Dimensión de Fe

LA VOZ PROFÉTICA DE LA IGLESIA
En el marco de los 32 años de Vida y Testimonio Pentecostal en Argentina de la Comunidad Dimensión de Fe, una Iglesia de todos y para todos, la Comisión Política de la Iglesia (CPI) elaboró un documento donde destaca el rol que cumple la Comunidad de Fe, su posicionamiento teológico/político frente a la realidad social, política, cultural, económica y ecológica de nuestro país y en particular de la Ciudad de Buenos Aires, y hace un llamado a la unidad del campo popular.

DOCUMENTO
DE LA COMISIÓN POLÍTICA DE LA IGLESIA DIMENSIÓN DE FE (CPI) .

“Y oí la voz del Señor que decía:
¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?
Y yo respondí: aquí me tienes, mándame a mí”
(Isaías 6,8)


A quienes celebran solidariamente los 32 años de vida y testimonio pentecostal de la Comunidad Dimensión de Fe, una Iglesia de todos y para todos.

La Comunidad Dimensión de Fe, una Iglesia de todos y para todos, tiene sus orígenes en el fin de una década que contuvo uno de los momentos más difíciles que le tocó atravesar a nuestro país. En 1979, cuando la vida de nuestro pueblo era avasallada por el Imperialismo que golpeó a nuestros pueblos latinoamericanos con el Plan Cóndor, allí nacía. Inspirada en un Evangelio liberador e impulsada por una fuerza juvenil,surgió un Movimiento evangelístico que fue una herramienta fundamental para la vida y la misión de la Asociación La Iglesia de Dios.
Este Movimiento recorrió todo el territorio argentino y los países limítrofes llevando un mensaje de esperanza y construyendo comunidades de fe, recogiendo las culturas e idiosincrasia de cada pueblo. En 1980, el mismo había crecido tanto que surgió la necesidad de tener un edificio propio; y a través de un préstamo de un Movimiento Evangélico de Holanda se compró el edificio Av. Juan Bautista Alberdi 5250/52/56, del barrio porteño de Mataderos. 

Si bien nació como un Movimiento Evangelístico, con el tiempo fue adquiriendo características similares a una Iglesia tradicional, manteniendo su identidad pentecostal y latinoamericana.

En el transcurso de más de dos décadas se afrontaron grandes crisis de manos de diversas gestiones pastorales y fallecimientos, que dejaron a la Iglesia Dimensión de Fe reducida a un grupo pequeño de hermanos y hermanas golpeados y golpeadas por la historia, pero fieles y comprometidas con los valores del Reino Dios, quienes lucharon y sostuvieron la vida de la misma sin escatimar esfuerzos.

Hace más de 6 años que la Comunidad Dimensión de Fe viene marcando una huella en la historia de la iglesia evangélica pentecostal en Argentina, haciendo una opción evangélica por los pobres y excluidos, recuperando sus orígenes y entendiendo así que en la extensión el Reino de Dios la misión de la Iglesia es una práctica integral. Afirmamos que la fe es inseparable de las buenas obras; el amor a Dios es inseparable del amor al prójimo; el culto es inseparable de la vida; las palabras son inseparables de la acción; y que dar testimonio es inseparable de ser testigos y realizar el testimonio, reconociendo que Jesucristo es el Señor de la totalidad de la vida humana y la creación.”

Para esto, fue necesario vaciarse de dogmas doctrinales, repensar la vida y misión de la Iglesia a la luz del Evangelio de Jesús y las realidades que viven y sufren nuestros pueblos, pero también de una clara y evangélica opción por los preferidos de Jesús. Esto ha traído graves consecuencias, propias de comenzar a transitar decididamente en comunidad el largo camino por la liberación de nuestros pueblos, la humanidad y la creación.

Por esta razón sufrimos la incomprensión de la Institución que nos abriga, hoy expresada en el amenazante juicio de desalojo que enfrentamos, como respuesta a la práctica profética pastoral y a la denuncia al interior de la misma, por el retroceso que hace más de una década viene teniendo en lo teológico, en lo político y administrativo.

Impulsada desde el 2005 por un nuevo modelo pastoral, la Iglesia Dimensión de Fe viene sosteniendo una intensa y permanente reflexión teológica, de búsqueda y capacitación, que le permite año a año ratificar la necesidad de seguir trabajando y construyendo UNA IGLESIA DE TODOS Y PARA TODOS, que sea impulsada por el Espíritu Santo, inspirada en el Evangelio y en la vida de las primeras comunidades -narrada en el Libro de los Hechos de los Apóstoles-.

La reflexión teológica y pastoral y la búsqueda de un caminar nuevo de la Iglesia no pudieron ignorar la realidad nacional, y particularmente la de la Ciudad de Buenos Aires. El análisis de la crisis política, social y económica que azotó nuestro país en el 2001 y la rebelión popular ante la falta de representación política, fueron indispensables a la hora de redefinirnos como una Iglesia Evangélica Pentecostal que pretende ser parte del sujeto social que está cambiando la historia: el pueblo.

Nunca negamos ni negaremos jamás que como comunidad creyente y militante de la propuesta de Jesús, tenemos un posicionamiento político: posicionamiento que se inspira en una concepción teológica, que es la opción evangélica y pentecostal por los débiles y los pobres, la defensa de la vida y la construcción de la justicia que nos conduce a la paz.
Es por ello que no somos neutrales ante la realidad de nuestros hermanos y hermanas que viven en la Ciudad de Buenos Aires, en la república Argentina, en América Latina, en el Caribe y en cualquier otra parte del mundo.

En el contexto nacional saludamos enormemente el proceso que se abrió en el 2003 de la mano del hermano Nestor Kirchner, y que hoy continúa la hermana Cristina Fernández, en su segundo mandato recién asumido.

Creemos que el 2003 fue el comienzo de la puesta en escena de la voluntad política a favor de los sectores populares, expresada en un fuerte trabajo por una parte importantísima y pendiente de los derechos humanos y en una importante recomposición económica; en la integración regional ,que le puso fin a las relaciones carnales con el Imperio, sellándola en la profética Cumbre de Mar del Plata donde se enterró el ALCA;. En el 2008 ,ese avance se encontró amenazado en la disputa de “la 125” con los sectores reaccionarios de nuestro país, y se profundizó un debate que hoy sigue vigente: la redistribución de la riqueza.
Valoramos que el Gobierno Nacional haya respondido con medidas saludables y de importante repercusión en materia económica, como la Asignación Universal por Hijo, la reestatización de las AFJP y de Aerolíneas, la ampliación de las jubilaciones, la vigencia de las paritarias, la ley de medios y el matrimonio igualitario, entre otras cosas. Estas medidas se vieron reflejadas en la mesa de los débiles y pobres, en la ampliación de los derechos, en la creciente calidad de la educación, la cultura y el trabajo de nuestros hermanos y hermanas... pero aún hoy no son suficientes: es necesario seguir avanzando decididamente y sin concesiones en la profundización o radicalización del rumbo iniciado. Para quienes somos pentecostales que luchamos por la vida desde la fe, tales avances son señales de que un mundo nuevo es posible, y nos animamos a decir que el Reino de Dios está entre nosotros/as, pero no está consumado.

Creemos que es tiempo de llamar a las cosas por su nombre, "ponerle nombre y apellido cuando hablamos de profundizar" . No alcanza con ser antiimperialistas, si no construimos la fuerza necesaria para romper con la perversa y diabólica forma de pensar la vida que nos impone el capitalismo. No hay posibilidades para la igualdad social, ni mejores condiciones de vida para nuestro pueblo, si no se trabaja por una genuina liberación nacional y social.
Hoy es tiempo de tomar medidas enérgicas en la recuperación de los recursos petroleros y gasíferos que permitan elaborar un proyecto energético propio, así como de encarar decididamente el problema de la minería, el cual no sólo debe ser tomado en cuenta por el factor ambiental - contaminante, sino también por el saqueo que esta actividad representa.
Hoy es el tiempo de recuperar los ferrocarriles, y de impulsar una verdadera reforma financiera y tributaria que permitan seguir potenciando el salario. Hoy es el tiempo de avanzar hacia el 82 por ciento móvil en las jubilaciones, terminar con el trabajo ilegal y recomponer el 50 y 50 en el reparto de la renta ,como base para seguir avanzando en la distribución; y creando condiciones para revertir los problemas que aún golpean a nuestro pueblo. Hoy es el tiempo de impulsar un ley de tierras que le ponga fin a los desalojos urbanos y rurales, y garantizar el derecho de los campesinos e indígenas, a quienes hoy se mata impunemente para robarles sus tierras o callar el grito de denuncia,. Es necesario discutir el tema de la tierra como medio de producción y como lugar donde vivir.

Hoy es el tiempo, porque existen mejores condiciones para impulsar estos cambios estructurales, Sin dudas que oraremos y trabajaremos por esto, observando que es posible la profundización de los cambios como única forma de impedir los intentos restauradores de los sectores reaccionarios, o una posible descomposición que puede afectar a lo que hoy se llama proyecto nacional y popular.

En el contexto local, el panorama es distinto: tenemos un Jefe de Gobierno que, jactándose de los votos obtenidos en las elecciones pasadas, intenta por todos los medios posibles profundizar el modelo neoliberal. Lo hace promoviendo e impulsando políticas antipopulares: desarticulizando la elección democrática de los representantes de los/as trabajadores/as docentes a las Juntas de Clasificación y Disciplina, construyendo oficinas de gestión paralelas para desconocer a los/as comuneros/as elegidos por el voto popular y así ningunearlos/as; y consiguiendo la complicidad necesaria para lograr la aprobación del un presupuesto regresivo, que -entre otras medidas- recorta las partidas destinadas a políticas de vivienda en un 23%.

En los últimos 4 años hemos visto:
  • Cómo se ha debilitado el rol del Estado en cuanto a su responsabilidad social, cómo se han desmantelado todos los dispositivos de protección de los más débiles y de los trabajadores (ocupados y desocupados), a quienes se expulsa permanentemente a través del maltrato y la violencia. Un estado ausente frente a las necesidades del pueblo, pero fuerte y firme a la hora de reprimir.
  • El desprecio por la educación y la salud pública. En el caso de la Educación: quienes trabajan son empujados/as a luchar contra la precarización laboral, el vaciamiento de las escuelas públicas y el privilegio de la educación privada. Se suma la lucha de estudiantes secundarios, la toma de los colegios por las deplorables condiciones de las infraestructuras y en reclamo de más presupuestoi -niciativa que tuvo como respuesta medidas terriblemente represivas y persecutorias, como es el pedido de "listas negras"-.
  • La ausencia de políticas públicas –como el acceso a una vivienda adecuada y saludable para los sectores más pobres-.
  • La violencia y represión de la Ucep sobre los/as indigentes en los espacios públicos.
  • Los desalojos compulsivos de miles de familias.
  • El alarmante aumento de los índices de mortalidad infantil en la zona sur de la Ciudad.
  • El desinterés por la cultura, demostrado en el desfinanciamiento, en la falta de un proyecto y en el préstamo de los espacios culturales de la Ciudad para banquetes millonarios.
  • El millonario negocio inmobiliario con las tierras públicas.
  • El escándalo de la policía metropolitana y la mafia que la rodea; las acciones de inteligencia ilegal y la reforma represiva del código contravencional.
  • La "gambeteada mediática “del Jefe de Gobierno Mauricio Macri frente a su procesamiento por espionaje; con altas posibilidades de ser descubierto como responsable o jefe de una asociación ilícita. 
  • El ocultamiento y la complicidad de los grandes medios sobre esta realidad.

Sin dudas que la lucha ha sido dura, y no sólo ha sido política e ideológica, sino también fuertemente espiritual: no es difícil dilucidar que lo mencionado más arriba es el fiel reflejo de un proyecto de muerte,que pone en marcha sus acciones más perversas y diabólicas sobre nuestro pueblo. 

Los/as cristianos/as – en nuestro caso pentecostales – comprometidos/as con el pueblo, creemos que la “salvación” que pregonamos no es posible sin una verdadera liberación que abarque todos los órdenes de la vida humana: una liberación que también debe darse en el orden político, social, económico y cultural. 

El Apóstol San Pablo en su Carta a los Efesios escribe desde la cárcel: “Por lo demás, fortalézcanse en el Señor con su energía y su fuerza. Lleven con ustedes todas las armas de Dios para que puedan resistir las maniobras del diablo. Pues no nos estamos enfrentando a fuerzas humanas, sino a los poderes y autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras, los espíritus y fuerzas malas del mundo de arriba. 
Por eso pónganse la armadura de Dios, para que en el día malo puedan resistir y mantenerse en la fila valiéndose de todas sus armas. Tomen la verdad como cinturón y la justicia como coraza; estén bien calzados, listos para propagar el Evangelio de la paz. Tengan siempre en la mano el escudo de la fe, y así podrán atajar las flechas incendiarias del demonio. Por último, usen el casco de la salvación y la espada del Espíritu, o sea, la Palabra de Dios.” Efesios 6:10-17

Frente a la opresión del Imperio Romano, que había impuesto la paz del orden, del silencio, y de la resignación, el Apóstol sabía que el “demonio” no es únicamente el que se insinúa en las conciencias, sino que está metido en las fuerzas activas en el mundo, y opera en la política perversa de toda estructura y programa de muerte. Por esta razón Pablo usa imágenes de las vestimentas de un soldado y les pide a sus hermanos/as y compañeros/as que estén preparados/as para la batalla, que oren con perseverancia, pues contra el mal sólo son eficaces las armas que nos dejó Jesucristo: la verdad, la justicia, la fe. No podemos sobredimensionar o subestimar a los que oprimen nuestro pueblo, sino por el contrario: somos nosotros/as quienes debemos tener bien visualizado al opresor y sus aliados, descubrir las estrategias de sometimiento, las herramientas que emplea y su campo de acción, para poder resistirlo y derrotarlo desde la pluralidad.

Por esta razón estamos más que convencidos y convencidas de que es necesario unificar las luchas, abrir espacios democráticos (a nivel nacional y local) , donde las organizaciones populares y las fuerzas políticas puedan discutir una agenda programática y elaborar una propuesta política, superando las mezquindades y el sectarismo. Creemos que se asoman 4 años duros, de lucha intensa, donde será indispensable aunar esfuerzos para profundizar el rumbo en lo nacional y resistir y cambiar de signo la Ciudad. Para esto último hay que llenar las calles y las plazas, comulgar juntos y juntas en la casa del pueblo -la legislatura- , repudiando el modelo de ciudad Macrista.

Desde este humilde lugar exhortamos a todas y todos quienes aman la vida, la libertad y la justicia , a fortalecernos en Jesucristo, en nuestros ideales; y a vestirnos con la armadura del Dios de la vida, a luchar sin descanso por la liberación nacional y social, y a parir en lo local una nueva ciudad, inclusiva e igualitaria. Exhortamos a las organizaciones y a la juventud a estrechar filas y tomar las banderas de nuestros mayores - de quienes están y de quienes no - , la de 30.000 hermanos/as desaparecidos/as, que bien entendieron que la vida es lucha y que sólo se gana estando en el lugar correcto: junto al pueblo.


COMISIÓN POLÍTICA DE LA IGLESIA DIMENSIÓN DE FE
Diciembre 2011

(RDF) Reflexiones - Dimensión de Fe Semanario Oficial de la Comunidad Dimensión de Fe, una Iglesia de todos y para todos... (Asociación La Iglesia de Dios) Pensamientos Reflexiones y Noticias que abordan temas actuales desde una perspectiva Teológica y Pastoral. Av. Juan B. Alberdi 5250 (Mataderos), Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina

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