San Lucas 4:18-19; 6:6-11
Por Agustina Guerreros (*)
Como podemos ver en la lectura de los diferentes textos, Jesús se encuentra en el mismo lugar, la sinagoga, pero realizando tareas diferentes:
En nuestra primera lectura - San Lucas 4:18-19 – está en Nazaret, lugar donde nació. En éste habla a cerca de su proyecto, tarea y obra de liberación. Allí en la sinagoga, en la Casa de Oración y Predicación de la Palabra, estaban las y los que lo vieron nacer, crecer, jugar y trabajar en el taller de José.
Jesús deja bien claro por quién toma parte a la hora de anunciar la salvación/liberación: opta y toma partido por ellos, los pobres, olvidados, excluidos, por los trabajadores como él. Es a ellos a quienes les anuncia la buena noticia, les hace ver que ellos son los escogidos y elegidos y que el año de gracia está por llegar.
En la segunda lectura - San Lucas 6:6-11- encontramos a Jesús nuevamente en la sinagoga, enseñando en el día de reposo. Entre la multitud presente estaba un hombre – cuyo nombre no se menciona -.
Según el comentarista bíblico William Barclay, los evangelios mal llamados "apócrifos" relatan que este hombre trabajaba con la piedra y se acercó a Jesús diciendo: “Yo trabajaba con la piedra y me ganaba la vida con mis manos, te pido que me devuelvas la salud para que no tenga que mendigar mi pan con vergüenza”
Para este momento del ministerio de Jesús, la oposición de los sectores religiosos y políticos era visible; ellos también estaban entre los que adherían y simpatizaban con el proyecto liberador de Jesús. La intención de los fariseos era ver si Jesús realizaba algún milagro en el día sábado para acusarlo de violar la ley establecida.
Jesús sabía que era observado, pues conocía el pensamiento y las intenciones de los que atentaban contra su vida, pero hizo lo que tenía que hacer aunque lo acusaran de violar la ley: sanó a este hombre en un día sábado y delante de todos. La sanidad que recibe aquél hombre con su mano tullida representa recuperar la dignidad como persona, pues lo saca de la condición de miseria en la que estaba obligado a vivir dependiente de la bondad de los otros: ahora puede valerse por sí mismo, sus manos tienen la capacidad de crear y ganará el pan con el fruto de su trabajo. En otras palabras, lo dignifica, salva y libera.
En ambos textos Jesús toma partido y se posiciona a favor de los pobres y trabajadores, pues como dice Casaldaliga “en el vientre de María se hizo hombre y en el taller de José se hizo clase”.
Ahora la pregunta es: ¿estamos dispuestas y dispuestos a defender a y tomar partido por los débiles, pobres, la clase trabajadora, aunque ello implique violar la "ley de los sábados"?
Como hombres y mujeres de fe tenemos que trabajar y caminar junto a nuestros hermanos y nuestras hermanas, luchar por la dignidad, vida y liberación integral de nuestros pueblos.
Porque nada es imposible para el evangelio liberador…¡ Porque "lo imposible sólo tarda un poco más" !
(*) Agustina Guerreros
Integrante de la CPI (Comisión Política de la Iglesia Dimensión de Fe)
Laica – Referente de la Casa de Oración y Reflexión – Capital Federal
(RDF) Reflexiones - Dimensión de Fe Semanario Oficial de la Comunidad Dimensión de Fe, una Iglesia de todos y para todos... (Asociación La Iglesia de Dios) Pensamientos Reflexiones y Noticias que abordan temas actuales desde una perspectiva Teológica y Pastoral. Av. Juan B. Alberdi 5250 (Mataderos), Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina
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