El Reverendo Michael Lapsley visitó por quinta vez a Gerardo en la prisión de máxima seguridad de Victorville, en el desierto, a dos horas de Los Angeles. "Mientras se busca agotar cualquier posibilidad legal, la verdadera esperanza está en nosotros - los pueblos del mundo, en la solidaridad internacional", dice.
Cuenta también que la mayoría de las personas en los EEUU no han oído hablar de los Cinco y cuando escuchan la historia aparece en ellos una mirada de incredulidad primero y de indignación después, por ver a su país envuelto en semejante muestra de falta de humanidad y de justicia.
La mayoría de los presos que están en ese penal de máxima seguridad han cometido terribles crímenes mientras que Gerardo o "Cuba" como lo llaman sus compañeros de prisión, está allí por amor a su pueblo y por su disposición a sacrificarse para que su gente pueda vivir sin temor a un ataque terrorista. Incluso los guardias de la prisión le susurran al oído: ¡Tú no deberías estar aquí !
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